Patagonia Norte Fotografía. En el año 2011 en San Martín de los Andes nace esta empresa de fotografía tendiente a cubrir diversos eventos sociales y periodísticos no sólo en la localidad, sino también en la región y en diversas partes del mundo. Desde el año 2012 junto a Reporter Academy trabajamos en la capacitación y formación de fotoperiodistas haciendo trabajos en el terreno, para ello viajamos a Los Balcanes, al Sahara Occidental y América Latina.
Patagonia Norte Fotografía & Reporter Academy Argentina
martes, 26 de marzo de 2013
viernes, 22 de marzo de 2013
jueves, 21 de marzo de 2013
jueves, 14 de marzo de 2013
Muestra Fotográfica "Bosnia, una herida abierta"
Bosnia, a 17 años del
horror
Entrar en Los Balcanes es entrar
en la Europa no tan europea, es cambiar de dimensión… adentrarse en un mundo
conflictivo 17 años después de haber finalizado la guerra más cruel y compleja
del siglo XX. Para entender en profundidad el conflicto iniciado en 1992 habría
que remitirse al imperio Otomano y más allá aún. Pero voy a intentar
desarrollar lo que fue esta guerra desde la muerte de Tito, hasta la fecha.
Caracterizado por occidente como el dictador de los Balcanes, Tito gobernó la
ex Yugoslavia hasta su muerte en 1989, antes de la caída del muro. Tito había
logrado lo que nadie, unir a todas las etnias en pos de la gran Yugoslavia. En
los 70 el distanciamiento posicional con la URSS y las negociaciones con los
EEUU obliga a Tito a armar al pueblo y a entrenarlo en el arte de la guerra de
guerrilla desde muy niños. También logra que en cada familia hubiese un fusil
para la defensa de una posible invasión soviética. La caída del muro en 1989 y
de los regímenes del campo socialista inicia en los Balcanes una serie de
luchas independentistas que se inicia con la independencia de Eslovenia.
La guerra en Bosnia no sólo fue
la búsqueda de independencia de Yugoslavia, sino una guerra étnica,
territorial, económica y religiosa entre otros varios componentes. En la región
de Mostar la guerra se inicia con la llegada de los serbios desde Sarajevo,
rodeando la ciudad habitada por Croatas y Musulmanes y asediando desde las
montañas con fusiles y artillería pesada. A pocos kilómetros de Mostar se
encuentra Basevice, un pequeño barrio habitado por croatas y 400 personas
serbias. Cuando el ejército serbio se da cuenta de la poca cantidad de serbios
en la región, se retira de la región, regresando a Sarajevo. Es cuando los
pocos habitantes serbios de Basevice absolutamente indefensos y en minoría,
deciden huir con sus familias a las montañas. Al dejar sus hogares, los
croatas, vecinos hasta ese día, hacen volar por los aires sus casas con el
juego de la velita (encienden una vela y abren la llave de gas…) este es el
caso de Netjo, nuestro anfitrión en Basevice quien no sólo se enfrentó a sus
vecinos, sino que debió reconstruir su casa en 1998 cuando regresa 2 años
después de finalizar la guerra.
Hasta aquí, el conflicto se da
entre serbios contra croatas y musulmanes. Una vez que los serbios se retiran
de Mostar, el conflicto se vuelve entre croatas ( de religión cristiana
ortodoxa) y musulmanes quedando la cuidad dividida por el río Neretva
y unida por el puenteStari Most.
El Puente Viejo (Stari Most o
Стари Мост) de la ciudad bosnia de Mostar es uno de los monumentos históricos
más famosos de la antigua Yugoslavia. Forma parte del Patrimonio de la
Humanidad. Fue volado el 9 de noviembre de 1993, convirtiéndose en un símbolo
del conflicto que entre 1992 y 1995 dejó más de 200.000 muertos. Una vez acabado el conflicto, se vuelve a
construir con las exactas características al construido 500 años atrás. En
julio del 2004 finalmente, el puente fue reinaugurado.
Hasta aquí, croatas y musulmanes
combaten en Mostar, en tanto que luego
de un ataque musulmán a poblados serbios quemando, asesinando y violando cerca
de Srebrenica, los serbios tomarían revancha a partir del 11 de julio de 1995.
Srebrenica, el genocidio del que
no se habla.
11 de julio de 1995, sangre
musulmana se derramará durante los siguientes 3 días en Srebrenica, Bosnia.
Ante el avance de las tropas serbias, los pobladores buscan refugio en
Srebrenica donde se encontraban los Cascos Azules, en este caso provenientes de
Holanda. Las fuerzas de “paz” se habían ubicado dentro de una fábrica de
baterías de autos que poseía unos galpones en el que se podía albergar a los
musulmanes que buscaban protección. El asedio de los serbios se
intensificaba en su intento de “limpieza étnica”. Los victimarios no sólo
fueron los serbios, una orden emanada desde las oficinas de la ONU, obliga a
las tropas Holandesas de los Cascos Azules a marcharse del lugar, quienes
cumplen lo indicado y dejan encerrados a los refugiados en la fábrica. La nota
de color puede verse en diferentes documentos fílmicos en los que se muestra a
los generales de las tropas holandesas brindando con los comandantes serbios.
Testigos entrevistados en Srebrenica cuentan también que muchos de los hombres
de las “fuerzas de paz” entregaban sus cascos azules a miembros de las fuerzas
serbias con el objetivo de confundir a la población musulmana y lograr que
salgan de sus casas para ser arrestadas o ejecutadas. La comunidad mundial,
sobre todo EEUU y Comunidad Europea se ha encargado de demonizar
sistemáticamente a los serbios, sin aclarar, obviamente, que estos actuaron
como sus sicarios. En los años posteriores a la guerra en Bosnia los musulmanes
han sido blanco permanente de la ONU, por lo que no sería errado pensar que en Bosnia,
los “gendarmes del mundo” mataron dos pájaros de un tiro, eliminan un potencial
foco musulmán sin disparar una sola bala contra ellos, sus sicarios serbios
harían el trabajo.
Entre el 11 y el 15 de julio de
1995, los refugiados son separados entre hombres por un lado y mujeres y niños
por otro. Los primeros quedarán detenidos y serán fusilados en fila india… un
disparo para tres o cuatro, mientras que el que quedaba vivo sería rematado
luego. Mujeres y niños fueron liberados y debieron huir a las montañas dejando
atrás a padres, esposos, hermanos…
Una regla musulmana establece que
para enterrar a sus muertos, hace falta contar con el 70% del cuerpo. Por ello,
durante el genocidio los cadáveres fueron mutilados y desparramados por
diversas fosas comunes, muchas de las cuales al día de hoy no han sido
halladas.
Cada 11 de julio desde el fin de
la guerra los familiares que han encontrado a sus muertos, les dan sepultura de
manera colectiva en un cementerio creado para ello. Durante los meses
siguientes se trabaja intensamente en la búsqueda de fosas comunes y de
identificación de las piezas óseas a través del ADN, sistema ya conocido en la
Argentina en la búsqueda de los nietos apropiados durante la dictadura militar.
Este 11 de julio, bajo el calor
agobiante de Srebrenica se enterraron 570 personas y sus familiares finalmente
pudieron despedir a sus seres queridos para comenzar a cerrar una herida que
aún hoy, a sólo 17 años, se mantiene
abierta.
Algunos pocos responsables de
esta guerra están siendo juzgados por distintos tribunales internacionales,
pero a quien dio la orden a los cascos azules de abandonar y prácticamente
entregar a los refugiados musulmanes, seguramente jamás lo citarán ni tan solo
a declarar.
La guerra de los Balcanes lejos
estuvo de ser un conflicto convencional, fue una guerra étnica, religiosa,
económica, una guerra civil en la que se asesinaron entre vecinos con los que
días antes seguramente habían compartido café y rakia (aguardiente bosnio). Una
guerra en la que no se respetó ningún tipo de convención.
Hoy Siria se asemeja mucho a
Balcanes, ya un años de combates entre conciudadanos, con torturas, campos de
concentración, miles de víctimas civiles y la infaltable operación de los
Estados Unidos.
La humanidad, aún está muy lejos
de lograr globalizar una paz duradera.
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