Los inicios de Florencia
Los primeros habitantes del terreno pantanoso, sobre el que
hoy está Florencia, fueron los villanovianos. Restos de sus casas, que eran
palafitos, se han encontrado en la zona de Plaza Duomo. Después, los romanos
conquistaron el territorio; en el 59 a. C., según la ley agraria promulgada por
Julio César, los legionarios de Roma se repartieron la zona, que fue saneada.
En este valle, los colonos romanos, como era su costumbre, construyeron el
“castrum”: marcaron la calle Cardo y la Decumano y, donde se cruzaban, alzaron
un obelisco que simbolizaba el centro de la ciudad, en la zona donde ahora está
Plaza de la República. Después, se construyó un puente para unir las dos
orillas del Arno, el “antepasado” de Puente Viejo. Se construyeron, además, el
teatro, el anfiteatro (también llamado coliseo), cuyos resto se ven todavía en
Via Torta, el capitolio, templo dedicado a Júpiter, Juno y Minerva, y las
termas. Durante los cinco siglos de dominio romano, la ciudad se hizo muy rica
e importante, como demuestran los muchos florentinos que obtuvieron cargos
importantes en el gobierno romano.
En la Edad Media
Después de la desaparición del Imperio Romano, la ciudad
reconquistó su autonomía y, cuando llegó a ser municipio independiente en el
siglo XII, comenzó a extenderse conquistando las zonas que la rodeaban. Sin
embargo, Florencia fue atormentada por luchas internas duras y sanguinosas, primero
entre familias rivales, los Médicis y los Pazzi, y, después, entre Güelfos,
fieles al Papa, y Gibelinos, seguidores del Sacro Romano Imperio). A partir del
siglo XIII, la ciudad tuvo un gran desarrollo comercial y un florecer de las
actividades artísticas y culturales. El poder de la vieja aristocracia fue
sustituido por el del pueblo acomodado, es decir, las muchas familias burguesas
reunidas en gremios. De hecho, en 1266, se reconocieron las siete Artes Mayores
y las cuatro Artes Menores, expresiones de la burguesía inferior. A las
primeras pertenecían los jueces, los notarios, los “calimala”, que importaban,
trabajaban y exportaban la lana en toda Europa, los cambiadores o banqueros,
los médicos, los especieros y los peleteros, que comerciaban pieles. Las
segundas estaban formadas por: carniceros, zapateros, panaderos, etc. Para
poder ejercer cualquier actividad, había que inscribirse en el Arte
correspondiente y pagar un impuesto anual. Las Artes se ocupaban, entre otras
cosas, de construir y mantener los edificios de la ciudad.
El Renacimiento
Desde el siglo XIV al XVI, la ciudad vivió un extraordinario
esplendor literario, artístico y científico, gracias, no sólo al desarrollo
económico, también a la crisis del poder eclesiástico y de los valores
socio-culturales medievales, tras la desastrosa peste negra que sacudió toda
Europa. El Renacimiento fue un periodo de fervor intelectual a nivel
científico, socio-político y artístico. La concepción de un hombre como autor
de su suerte, capaz de dominar la naturaleza, supuso un gran desarrollo de las
ciencias y, por consiguiente, de las tecnologías, abriendo una puerta a la
revolución científica del siglo XVII. En cuanto a la política, autores como
Maquiavelo recuperaron y modernizaron las nociones clásicas de república y
libertad individual, dando vida, así, a la teoría constitucional del estado
moderno. Respecto al arte, el Renacimiento produjo obras maestras y monumentos
que están destinados a representar la identidad de la cultura occidental.
República Florentina y Gran Ducado
Con la muerte de
Lorenzo, en 1492, inició para Florencia un largo periodo de guerras que
acabaron con la República Florentina y crearon el Gran Ducado de Toscana, que,
al principio, fue gobernado por una rama militar de los Médicis y, después, por
los Habsburgo-Lorena. El Gran Ducado sobrevivió, con mejor o peor suerte, hasta
la unidad de Italia. Desde 1865 hasta 1871, Florencia fue la capital del reino
de Italia. Por esto, la ciudad empezó una profunda reestructuración y revisión
urbana, lo que supuso que se destruyeran las antiguas murallas y algunos
barrios medievales del centro, dando a Florencia su aspecto actual.