Venecia, la ciudad que parece flotar sobre las aguas, ha
fascinado desde siempre a los visitantes de todo el mundo en todas las épocas.
Pero más allá de su romanticismo, Venecia llegó a ser una poderosa nación
independiente que dominó la política y el comercio en el Mediterráneo, causando
en aquellas épocas más temor que fascinación. Este es un resumen de cómo un
grupo de comerciantes y pescadores lograron llegar a la cima del poder para
después perderlo todo, dejando a la ciudad casi en la decadencia.
Cuando los lombardos invadieron Italia, en el año 568, una
de las poblaciones que cayó a su paso fue Aquileia, una ciudad cristiana de la
cual se dice tradicionalmente que habría sido fundada por San Marcos. Muchos de
sus habitantes, alarmados ante la perspectiva de vivir bajo la autoridad de las
tribus alemanas, prefirieron huir hacia el sur y se refugiaron en una isla
bastante alejada de la costa. Esta isla es la que conocemos actualmente como
Torcello, y aquellos refugiados serían, tal como se dieron históricamente los
hechos, los fundadores de Venecia.
La gran expansión de Venecia no solo marítimamente sino
también en tierra firme hizo que se ganara no pocos enemigos. Sus pretensiones
sobre la región de La Romagna, al sur de Venecia, hicieron reaccionar al Papado
y la situación condujo en 1508 a la formación de la Liga de Cambrai, en la cual
el Papa, Luis XII (rey de Francia), Maximiliano I (emperador del Sacro Imperio
Romano) y Fernando II (rey de Aragón) se unieron para enfrentar el avance
veneciano.
El avance otomano también significó conflictos en sus
posesiones orientales. Los turcos habían tomado Constantinopla en 1453 y desde
entonces avanzaban amenazando los territorios venecianos. Batalla tras batalla,
Venecia debió resignar sus posesiones griegas. Más tarde fue la isla de Chipre,
a lo cual Venecia reaccionó enviando una flota en 1571, formando una Liga Santa
con el apoyo del Papa Pio V y otros emperadores europeos para detener el avance
musulmán.
Ambas flotas se enfrentaron en la sangrienta Batalla de
Lepanto el 7 de octubre de 1571, tal vez la más épica de las confrontaciones
entre cristianos y musulmanes. Con un saldo de treinta mil muertos, la victoria
fue finalmente para la liga cristiana; sin embargo un año después la flota
turca, fortalecida, tomó Chipre definitivamente.
La costosa batalla de Lepanto, sumada a la anterior sucesión
de campañas militares en tierra firme, debilitó tanto a la República que ya nunca más pudo sobreponerse. Además, el
descubrimiento de los portugueses de nuevas rutas comerciales hacia las Indias
hicieron que la competencia fuese imposible. En 1575 y 1630, dos epidemias de
peste se llevaron un tercio de la población y a mediados de siglo los turcos
ocuparon Creta, luego de 25 años de acoso. Esta guerra significó literalmente
la ruina.
El Tratado de Passarowitz de 1718 confirmó las conquistas
turcas; a Venecia sólo le quedaba su esplendor cultural, con nombres como
Vivaldi, Goldoni, Tiepolo y Canaletto en su haber. Con la aristocracia
arruinada, la marina deteriorada y el creciente descontento de las provincias,
Venecia era presa fácil de aquellos que querían apoderarse de ella, entre ellos
los austríacos.
Venecia: Del siglo XX a la actualidad
Las graves dificultades económicas de la ciudad empeoraron
durante la Primera Guerra Mundial, aunque inmediatamente después fue lanzado el
plan de desarrollo en el litoral, las zonas de Puerto Marghera y Mestre. Los
resultados no fueron del todo los esperados; los empleos creados no fueron
suficientes y la contaminación industrial provocó gran deterioro ecológico en
la laguna. Toda esta zona industrial, anexada a la municipalidad de Venecia en
1929, fue seriamente bombardeada durante la Segunda Guerra, aunque la ciudad en
sí no sufrió mayormente los ataques.
El desarrollo del turismo llegó en la segunda mitad del
siglo trayendo consigo una revitalización económica y permitiendo recuperar
poco a poco algo del esplendor monumental de sus mejores épocas. Las fiestas de
carnaval recomenzaron en la década de los '80, también con gran éxito turístico.
Venecia enfrenta en la actualidad dos grandes desafíos: por
un lado, evitar que los venecianos, que se esfuerzan por mantener sus
tradiciones aunque son cada vez menos numerosos, emigren por la falta de empleo
y por los altos precios del inmobiliario; por otro lado, impedir que las aguas
acaben literalmente con la ciudad, cuyo patrimonio edilicio sufre cada vez más
el peso de sus siglos de historia
Hermosas imágenes, de una Venecia incomparable.
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